El tercer encuentro en Palabras
Desmontables nos hizo pensar en los mapas antiguos: coordenadas, hoy inútiles,
que guiaron las trayectorias de otro tiempo.
Los sueños son planisferios de
otro mundo: descubren rutas desconocidas sobre los mojones de los caminos
cotidianos.
Ellos nos trabajan mientras
creemos descansar y nos apuntan direcciones donde nos las buscamos*.
* Hay un dicho que reza “No
hay viento favorable para el barco que no sabe a dónde va”.
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